martes, 19 de mayo de 2015

Práctica Tema 20 resuelta




























Mapa temático que representa la distribución de las aglomeraciones urbanas mostrando los ejes urbanos mediante coropletas y el tamaño según el número de habitantes con figuras (círculos proporcionales). Los datos proceden de Méndez y Molinero.

El fenómeno que se representa es  la distribución de las aglomeraciones urbanas, es decir, ciudades que han crecido notoriamente llegando a conectar con otros núcleos. Estas aglomeraciones están integradas en una red urbana denominada sistema de ciudades que organiza el espacio.

En primer lugar podemos distinguir el tamaño de las ciudades según el nº de habitantes que determina su rango en el sistema urbano. El mayor tamaño corresponde a 7 áreas metropolitanas, que superan el medio millón de habitantes. Madrid ocupa el rango nº 1 por su mayor población y tiene influencia sobre todo el territorio nacional y establece relaciones con otras metrópolis internacionales. Barcelona tiene una influencia más débil, aunque intensa en el sector oriental y se encuentran estrechamente relacionadas con las demás metrópolis. Existe un salto brusco con respecto a las siguientes metrópolis, Valencia es la 3ª, le siguen Sevilla, Bilbao, Málaga y Zaragoza cuyo tamaño, entre 500.000 y 1.500.000 habitantes,  determinará unos servicios de alto rango y una influencia regional. Tras ellas, existe un elevado nº de ciudades con población entre 250.000 y 500.000, Valladolid, Oviedo, Murcia, Alicante, A Coruña, Vigo, etc. Son capitales regionales, con servicios especializados, influenza subregional o regional.
Jerárquicamente inferiores,  por su tamaño e influencia encontramos las ciudades medias. Su población se sitúa entre los 50.000 y los 250.000, son el resto de localidades que figuran en el mapa, Lérida, Tarragona, Elche, Algeciras, Avilés,  Santiago de Compostela, Lugo, Orense, León, Salamanca, Pamplona, Vitoria, Logroño,  etc. Sus funciones son principalmente terciarias, pero menos especializadas: comercio y servicios de ámbito provincial.
Por debajo de ellas se sitúan  las ciudades pequeñas o villas con menos de 50.000 habitantes Sus funciones son menos especializadas

En segundo lugar, podemos distinguir la distribución espacial de las aglomeraciones urbanas por su tamaño demográfico. Ésta se caracteriza por dos rasgos:
a) La disposición anular en la periferia en torno a un espacio interior poco urbanizado, en cuyo centro está la mayor aglomeración urbana del país, Madrid, rodeada de pequeñas ciudades. Las aglomeraciones urbanas se sitúan en la periferia  concentradas en 4 ejes territoriales: - el Septentrional, discontinuo, integrado por el eje atlántico de Galicia y las ciudades interiores que dependen de él (Orense y Lugo) y por el eje cantábrico, comprendido entre el triángulo asturiano (Oviedo-Gijón-Aviles), el País Vasco y Pamplona, también con ramificaciones hacia el interior (León, Burgos, y Logroño, respectivamente).
- El eje mediterráneo oriental comprende desde Gerona a Cartagena. El subsistema catalán está presidido por Bcn; en él las autopistas del  Mediterráneo y del Ebro asegurarán una conexión fácil entre las ciudades por lo que tienden a concentrarse en la costa en forma de sistema lineal. El subsistema levantino-valenciano tiene a Valencia como ciudad rectora y tiene una ordenación equilibrada del tamaño de las ciudades. El eje vertebrador es la autopista del Mediterráneo, que también provoca una concentración de las ciudades en el litoral o próximo a él.
- La red urbana andaluza se dispone a lo largo de un doble eje: el valle del Guadalquivir (desde la costa atlántica a Jaén) y el litoral (desde Almería a Huelva). En la Andalucía occidental ejerce una influencia indiscutible Sevilla, en la oriental su influencia es menor por la presencia de Málaga y Granada.
El interior peninsular es un espacio poco articulado. En el centro, Madrid ejerce influencia no sólo sobre el área que la circunda sino sobre todo el territorio nacional, indudablemente favorecida por la red de transportes radial que hace de ella un centro de conexión de todo el  territorio. Sólo Valladolid adquiere rango metropolitano aunque su ámbito de influencia es limitado.
Por último los subsistemas balear y canario, condicionados por la insularidad, factor negativo para sus comunicaciones con la Península e incluso entre las islas. Palma de Mallorca ejerce su influencia como metrópoli regional y en Canarias existe una bipolarización con Las Palmas de Gran Canarias, sobre la que gravitan las islas orientales,  y Santa Cruz de Tenerife, sobre la que gravitan las islas occidentales.

b) Las grandes metrópolis se concentran en el NE, donde se localizan 5 de las 7 ciudades con mas de 500.000 habitantes: los 4 grandes polos de actividad económica (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) y Zaragoza, que ocupa una posición estratégica como lugar de encrucijada.

Las causas de esa distribución y tamaño son un crecimiento acelerado, la división administrativa, el auge de los transportes  y  fundamentalmente, la localización del desarrollo económico, industrial y turístico.
El primer hecho determinante es la división administrativa en provincias en 1833, que genera el crecimiento de las capitales, y posteriormente en CCAA en 1978. En 2º lugar, el auge del transporte, desde mediados del XIX, con la implantación del ferrocarril, auténtico  generador de actividad industrial. También, la política autárquica, que fomentó el crecimiento de las ciudades donde se instalaron sectores básicos; así  se comenzó a formar el triángulo del desarrollo urbano-industrial del NE (Cantábrico, Barcelona, Madrid). Durante los 60-75 las ciudades se convierten en polos de atracción a causa del crecimiento económico (por la instalación de la industria) y los flujos migratorios procedentes de campo, lo que provocará el crecimiento de las áreas metropolitanas de las grandes ciudades, los centro turísticos del Mediterráneo e islas y las capitales de provincias no industrializadas.
Tras el 75 y el efecto de la crisis industrial el modelo urbano es determinado por  la preeminencia de las actividades terciarias. Esto provocará que  las grandes ciudades reduzcan el crecimiento demográfico y sigan ejerciendo su dominio, puesto que se instalan industrias de nuevas tecnologías  y centros de innovación, y  que otras áreas crezcan por  desarrollo  del sector  terciario, como las regiones turísticas y regiones menos avanzadas del sur peninsular (Andalucía y Extremadura). Aunque en el resto de España la industria seguía siendo el principal factor de urbanización. El principal factor que ha contribuido a la configuración de los ejes territoriales señalados es el crecimiento de las áreas metropolitanas, que provocó que existiera una línea de contacto entre ellas.

Las consecuencias son:
Demográficas: fuerte desequilibrio territorial por la concentración de la población en esas áreas.
Económicas: aumento del desequilibrio económico debido a que se genera más riqueza en estas zonas. Desde el punto de vista de las actividades económicas existe un mayor desarrollo del sector terciario a la par que una reducción del sector primario. 
Sociales: Mejor dotación en servicios sociales. Densificación de la ciudad, mayor marginalidad,  aumento de las desigualdades sociales.
Poder: Estas zonas más desarrolladas acaparan las funciones rectoras y decisorias constituyéndose en  áreas centrales, a las que se subordinan el resto del territorio.
Ambiental: Tráfico, contaminación, ruido, mayor producción de residuos, etc.

Como previsión de futuro podríamos señalar que la  tendencia  a la litoralización y periferización podría verse afectada de manera que en un futuro se dará la dispersión de la urbanización y  un aumento de las ciudades medianas y pequeñas como resultado de la congestión de las grandes ciudades y  la descentralización de las actividades económicas,  gracias a la terciarización de la economía, la difusión de la industria, el desarrollo de las autonomías,  la mejora de las infraestructuras y la estimulación de nuevas actividades basadas en  los recursos endógenos, iniciativa apoyada por programas europeos. Pero las grandes ciudades continuarán ejerciendo su primacía por el control que ejercen sobre las funciones más relevantes.


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